¿QUÉ INTENTO APORTAR DESDE PENSAMENTS?
La Psicología es mi pasión. Creo que es la descripción más exacta que puedo hacer sobre mí misma. Siempre he sentido una fascinante atracción por comprender la complejidad del ser humano, por sumergirme en el mundo de las emociones y de los pensamientos y entender el funcionamiento de la mente. Hasta donde llega mi memoria, recuerdo cómo me he sentido inevitablemente cautivada por la observación del comportamiento de los demás. Entre otras cuestiones, me impresiona la extraordinaria dinámica que se establece entre la conducta, las emociones y los pensamientos en cada individuo y que convierte a cada persona en alguien exclusivo e irrepetible.
Comprender esos mecanismos, penetrar en los recovecos más profundos de la mente y tener instrumentos para entender todo este complejo proceso ha supuesto para mí una motivación permanente. Y, no solo a nivel profesional, orientando los distintos pasos que he ido dando a lo largo de mi trayectoria laboral. También es uno de los incentivos que inspiran mis actuaciones en el ámbito personal. Seguramente, la sensibilidad y la capacidad de empatizar con el sufrimiento de los demás son los otros dos factores que juegan un papel decisivo, sobre todo, para entender el enfoque que le doy a mi compromiso.
Porque este acercamiento a lo que yo entiendo como esencia del ser humano no tiene por objeto el mero conocimiento. No soy una teórica de la Psicología, sin más, lo que me interesa es poner en común contigo todo lo aprendido para que lo incorpores a tu vida. Y hacerlo desde dos perspectivas, como psicóloga y como persona que desea acompañarte en esta decisión.
Así pues, tras años de experiencia en consulta me di cuenta de que no podía dar respuesta a todos aquellos que llegaban a mi. Se trata de una profesión que me encanta, y si algo tiene lo que te gusta de verdad es que acabas implicándote emocionalmente en cada uno de los objetivos terapéuticos que compartes con las personas que confían en ti y que se esfuerzan por aprender de este proceso.
No sabía cómo hacer para atender a quienes me contactaban y fue así cuando empecé a conocer a otras psicólogas, con una forma de trabajar parecida. Se trata de profesionales muy empáticas, al día con las terapias más eficaces, con una amplia formación a sus espaldas y, sobretodo, comprometidas con la responsabilidad que implica la profesión que eligieron y con cada una de las personas que acuden a consulta.
Y así empecé a derivar a una compañera que estaba conmigo en el mismo centro. Como para mi era importante que todo saliera bien, aprendí a “estar” en el proceso terapéutico desde una “segunda línea” y la verdad es que la experiencia no pudo ser mejor.
Tanto fue así, que ahora ya somos 6 las psicólogas del equipo, todas diferentes pero con esa misma filosofía.
Sin darme cuenta pasé a ser “la persona que gestiona la calidad del centro”, para acompañarte, aunque sea de otra forma, y garantizar que a pesar del dolor que puedas sentir ahora, todo va a ir bien.
Si hay algo que te propongo en este camino compartido, es que trabajemos en equipo. Tus aportaciones son tan esenciales como las mías, o como las de la psicóloga que va a acompañarte en la terapia Todos formamos parte del mismo proyecto y somos igual de imprescindibles para seguir avanzando y continuar acumulando experiencias, esas que nos hacen crecer como individuos, porque si hay algo que te puedo decir es que nadie me ha enseñado tanto, nadie me ha hecho más humana que vosotros.
Mi experiencia como psicóloga en Palma de Mallorca
La curiosidad, el estímulo de mi formación en psicología
Mi propia experiencia académica es el resultado de esas profundas inquietudes que forman parte de mi yo más sincero. Por eso, a pesar de matricularme inicialmente en Empresariales, tardé solo un año en reconducir mis estudios hacia la que es, sin duda, mi verdadera vocación, la Psicología. En aquellos primeros años de carrera, mi acercamiento se centraba en su abordaje más clínico. ¡Ser psicóloga era disponer de un instrumento útil para mejorar la vida de las personas! Eso explica que concentrase mis esfuerzos iniciales en profundizar en la perspectiva Cognitivo-Conductual, la que por esos tiempos se consideraba más empírica desde el punto de vista educativo. También fue esa motivación de poder aplicar la Psicología más eficaz, la que me llevó especializarme en Neuropsicología Clínica a la hora de elegir mi primer máster. Como era de suponer, a este le siguieron más, ya que a cada duda que se planteaba con respecto a temas concretos me sumergía de cabeza en una nueva formación. Por ejemplo, tras varias consultas en las que las personas me explicaban sus pesadillas quise investigar lo que decía la psicología de los sueños (por lo que inicié una formación en psicoanálisis), para poder coordinarme con mis compañeros psiquiatras, psicofarmacología; y así continué con un Máster de Terapias Contextuales (Terapia Breve Estratégica, Mindfulness) , otro posgrado de Especialista en Aceptación y Compromiso, el Nivel 1 y 2 de EMDR, Formación avanzada EMDR. Máster en Hipnosis y psicosomática , y por entender todo lo anterior desde una perspectiva totalmente diferente, inicié otro proceso de formación de 9 meses para acreditarme como terapeuta en Terapia Regresiva.
Soy curiosa por naturaleza. Busco respuestas a las preguntas que continuamente me planteo. Trasladar este afán incesante de conocimiento, esa exigencia de entender todo aquello que me cuestiono, me lleva a estar inmersa en un proceso de formación continuo. Y a una diversificación de mi aprendizaje que es, desde mi punto de vista, una de las mejores herramientas que puedo poner a disposición. Por eso, he ido añadiendo especialidades a mi bagaje académico. Entre algunos de esos estudios complementarios se encuentran materias tan dispares como la Psicofarmacología, la Hipnosis o la Psicología de Empresa.
Sin duda, uno de los momentos que más marcó mi compromiso con la Salud Mental fue el que me condujo a indagar y ampliar mi comprensión sobre el universo de los trastornos mentales en sus expresiones más severas. Necesitaba explorar y entender el funcionamiento de la mente humana cuando se mueve en márgenes que sobrepasan la realidad. Hasta tal punto me fue seduciendo este mundo que acabé aprobando unas oposiciones en este ámbito.
Al final, he ido acumulando hasta 5.000 horas de formación especializada que incluye áreas como la Terapia de Pareja, los Trastornos de Personalidad, los que afectan a la Conducta Alimentaria, la psicosomática, la formación, la Terapia Ocupacional, el tratamiento de las Conductas Adictivas, las Urgencias Psiquiátricas, etc. Y, no he querido olvidarme de la necesidad de apoyo psicológico que tienen quienes conviven con personas con graves patologías mentales, de ahí mis estudios de Terapia familiar en pacientes esquizofrénicos y de Rehabilitación en trastornos psiquiátricos crónicos. En conjunto, una formación que me permite tener una visión tan compleja como la realidad individual.
Mi experiencia en terapia psicología
Nada me define más que mi confianza en el aprendizaje. Quienes me conocen saben bien que, además, la practico en primera persona. Mi filosofía personal y profesional es un resumen de esa diversificación de inquietudes en la que creo. Es verdad que he dedicado gran parte de mi carrera profesional a la docencia. Me ha parecido imprescindible poner mi granito de arena colaborando en la formación de profesionales de distintos ámbitos a través de la Psicología. El resumen de esas miles de horas dedicadas a proporcionar habilidades y competencias a otros compañeros ha sido, indudablemente, altamente satisfactoria para mí.
Sin embargo, como ya he comentado, es en la atención clínica donde encuentro el verdadero sentido a la Psicología, su utilidad como instrumento que mejora el bienestar emocional de las personas. Y, también en esta faceta he transitado por distintas perspectivas hasta que he descubierto una iniciativa que realmente da sentido a mi visión más personal. Un plan que se ha ido gestando año tras año, con el contacto cercano y directo de quienes han confiado en mí.
Pensaments es esa apuesta. Un proyecto comprometido con la innovación, con la especialización y el trabajo en equipo. Pero, sobre todo, con una asistencia más personalizada y humana. Que atiende a las expectativas individuales, que te tiene a ti como protagonista único, que prioriza tus necesidades frente a una intervención psicológica protocolizada. En Pensaments no hay compartimentos estancos, todos somos miembros de este equipo y todos somos imprescindibles. Reivindico el valor de cada historia individual, esa que se escribe desde la ilusión, pero también desde el dolor. ¡Es en este espacio tan personal en el que espero encontrarme contigo!
Como psicóloga de Pensaments pienso en la terapia psicológica como un trabajo en equipo donde todos los que intervenimos somos igual de importantes; y trabajando juntos, lograremos encontrar la solución a tus problemas de ansiedad, depresión, etc. Sobre todo, es fundamental lograr que la persona se sienta a gusto, comprendida, apoyada y que se sienta acompañada por un psicólogo que le quiere ayudar, sin juzgarle y escuchando todo lo que tenga que decir.
Dicen que soy una persona empática, cercana y atenta, pero creo que lo que realmente ocurre es que tengo mucha fe en el potencial del ser humano para su cambio y transformación individual o en pareja. Amo ayudar a los demás y trato siempre de ponerme nuevos retos y estar en constante aprendizaje. Para mí como psicóloga en Pensaments, lo mejor de mi profesión es poder aprender, tanto de cada una de las personas como de las profesionales con las que trabajo. Después de más de 17 años de experiencia sigo intentando crear un buen vínculo y que cada cita o consulta sea lo más cómoda posible para que podamos avanzar con la terapia. Confiar en un psicólogo extraño es complicado al principio, pero estoy segura de que con cada cita te sentirás más segura y en paz.
Ayuda psicológica para adultos e infantil
A veces en la vida, nos topamos con algunos problemas, que, en algunos casos, nos sirven para aprender y hacernos más fuertes, pero que, en otras ocasiones, nos anulan, no dejándonos vivir nuestra vida de forma normal y limitándonos en muchos aspectos. Durante muchos años en Palma de Mallorca, acudir a la terapia de un psicólogo ha sido un tema TABÚ en nuestra vida y siempre lo relacionan con la idea de “no estar cuerdo”.
Por todo ello, muchos adultos, aún sintiéndose mal con estrés, ansiedad, depresión, desesperanzados o perdidos, no quieren ir a la terapia de un psicólogo. Esto sucede debido a la idea equivocada y bastante generalizada sobre el profesional de la salud mental, que no es más que un especialista que tiene por objetivo ayudar a personas como tú y como yo a sentirse mejor consigo mismas y a aprender a través de la terapia a fortalecerse para futuros problemas.
En nuestro centro Pensaments intentamos aportar una terapia novedosa y eficaz para cada problema psicológico; ya sea para adultos o infantil, a través de profesionales especializados en cada campo. Así, se trate de un ámbito u otro, lo que se comparte es el objetivo ya que en la terapia proporcionamos los conocimientos y las herramientas necesarias para resolver los problemas presentes o futuros de estrés, ansiedad, depresión, problemas de pareja, adicciones, etc.
En mi opinión, acudir a un psicólogo no debe considerarse como algo fuera de lo común, ya que si mimamos y cuidamos otras partes de nuestra vida como el ejercicio físico o la alimentación, por qué no cuidar y prestar atención a nuestra salud mental y mantenerla siempre en forma. Se trata de ti, de tu personalidad, de tu esencia, de lo que sientes, de lo que piensas, de lo que haces, de cómo experimentas la vida.
En Pensaments acostumbramos a trabajar desde la corriente cognitivo-conductual, que considera que en las personas operan tres áreas fundamentales que están profundamente relacionadas entre sí y que se repercuten directamente; es decir: lo que hacemos (conducta), lo que pensamos (cognición) y lo que sentimos (emociones). Esta corriente está fundamentada en el método empírico y sus técnicas de psicología están científicamente demostradas hoy en día y ampliamente testadas respecto de su eficacia para tratar una gran variedad de trastornos, estrés, depresión, ansiedad, problemas de pareja, etc. Para aquellos que no lo sepan, terapia cognitiva conductual empleada por psicólogos de todas partes del mundo, te puede ayudar a tomar conciencia de pensamientos imprecisos o negativos, para que puedas visualizar situaciones exigentes con mayor claridad y responder a ellas de forma más efectiva. Esta terapia se usa con frecuencia porque puede ayudarte rápidamente a identificar y afrontar desafíos específicos con mayor efectividad y rapidez.
No obstante, en algunos casos, la Terapia Cognitivo Conductual ha demostrado ciertas limitaciones. Es por eso que desde principios del año 2000 se inician otras líneas de investigación, basadas en una serie de nuevos paradigmas que incluyen “el contexto” y otras variables. De ellas, destaca la Terapia de Aceptación y Compromiso y otras como EMDR (que se alza como una de las más eficaces para tratar trauma)